BITÁCORA 12
Lorena Guerrero Granados
Investigación Social
04/05/2020
Clase 11-1
El estrés fluía por mis venas una vez más por culpa de la clase
de Comunicación Política. Se acerca el final del semestre y si antes tenía 1
millón de trabajos cada semana, ahora ya no los puedo ni contar.
No obstante, entré a
la sesión de Investigación Social una vez más con mil cosas en la cabeza. Como siempre,
el profesor saludó a los estudiantes que iban entrando a la clase. Luego, la
primera bitácora en ser leída fue la de David Suárez y Cobos me pidió que
iniciara.
Empecé a leer normal y de la nada escuché que el profesor me
dijo que parara porque mi audio se estaba trabando por lo que en ese instante
me detuve. Cobos me seguía diciendo que ya y yo estaba totalmente callada
incluso cerré las pestañas de Internet y el micrófono lo apagué. En ese momento
mis amigos que también estaban en la clase me escribieron que no leyera más y
me sentía totalmente perdida. El culpable fue el enemigo de muchos en la
cuarentena: el Internet. Salí de mi cuarto y efectivamente mi hermana estaba en
llamada de clase y mi papá en su reunión virtual. El módem no dejaba de titilar
y dije “¿ahora cómo entro a la clase?”.
Después de unos minutos decidí volver a intentarlo y pude
entrar. Ya estaban acabando con la bitácora de David pero la niña que estaba
leyendo lo hacía absurdamente rápido y yo creo que ni ella misma se entendía. Cuando
terminó, el profesor pidió un voluntario para el otro texto diciendo que esta
vez había leído muchos textos muy buenos, incluyendo el mío porque me dio like
y me lo comentó.
“Lorena, el tuyo fue bueno” la frase que me impulsó a decir “acá
estoy profe, no hay problema si la leen” y pues efectivamente, David fue el
encargado de la lectura de mi bitácora. Esos pocos minutos se resumieron en una
de las frases dichas por el profesor en una de las clases la cual hacía
referencia a que cuando leen algo escrito por uno en voz alta es como si
estuviera desnudo y pude vivirlo. No ha sido de mis experiencias favoritas pero
por lo menos sabía que mi trabajo estaba bien hecho.
Pasado esto, se iniciaron las exposiciones. El grupo de
Caamaño, Gabriela y Kelly fue el encargado de presentar el tema de las
mentiras, claramente visto desde la investigación. Hablaron sobre varios
métodos y situaciones en las que se pueden identificar con más facilidad. Es una
temática muy interesante, me gustó mucho, el problema es que acordarse de hacer
todo eso para saber si alguien miente es demasiado difícil a menos que uno lo
practique constantemente o se dedique a eso como los detectives policiales.
El profesor nos mostró ejemplos de personas en las que se
evidenciaban mucho las mentiras, algo que me permitió aclarar lo de la
exposición, pues era mucho más específico y sencillo.
Luego, el tema cambió y el profesor nos compartió su explicación
sobre identificar emociones con gestos pequeños, poniendo ejemplos con
imágenes. Algunas de las emociones eran más fáciles que otras sin duda alguna. Sin
embargo, aprender de cada una de ellas permite entender más a la persona con la
que uno interactúa y tener idea de lo que pasa por su cabeza, más allá de lo
que sale por su boca.
Una persona importante para mí, siempre me ha dicho “piensa
más allá” y creo que eso aplica para la mayoría de situaciones en la vida, pues
hay que ir en búsqueda de la verdad como lo Dice Pamela Meyer en su charla TED.
Como decía Pamela en el video, la mentira es un acto
cooperativo y estoy totalmente de acuerdo; muchas veces cuando alguien nos
habla y ya sabemos que lo que nos dice es mentira, uno simplemente asiente y
hace como si le creyera, ya sea para evitar que alargue o discusiones o solo
para que el otro no se sienta mal.
Meyer también ejemplificó el tema de las mentiras con
grandes estafadores. Curiosamente, hace unas semanas se trató exactamente el
mismo tema en una de mis clases en el Minor en el que estoy inscrita y es
sorprendente cómo somos tan incrédulos, ya sea con nuestra vecina o con el
político más importante.
Otro de los temas claves fue la relación de las mentiras con
el lenguaje corporal o la actitud que se tenga, esto ya lo hemos visto en
clases pasadas pero hasta ahora caigo en cuenta de que mi cara siempre me
delata y no lo digo por situaciones en las cuales diga mentiras sino siempre,
en serio es sorprendente cómo mi cara expresa absolutamente, hay gente que sabe
disimularlo pero sin duda alguna yo no hago parte de ese grupo y eso me ha traído
problemas más de una vez.
Por otro lado, Janine Driver, sobre el mismo tema de las
mentiras, menciona el “ESL” refiriéndose al “everyone second language”. Lo que
concluí de ese video fue una cuestión: ¿qué pasaría si todos aprendemos a
identificar las mentiras? Y pensando en la respuesta a eso solo surgieron más
preguntas ¿Se acabarían las mentiras? ¿Aprenderíamos a mentir mejor? ¿Podría
existir una sociedad en la que todos dicen la verdad siempre? ¿Dejarían de
haber mentiras piadosas?
Finalmente, Ann Washburn habló sobre la disonancia
cognitiva, la cual determina que no podemos mantener dos ideas conflictivas sin
sentirnos incómodos empezando con algo tan sencillo como la manera de cruzar
los brazos, lo que lleva a “elegir un programa”, esto está relacionado a cómo mi
comportamiento y postura influye en la forma de sentirme, algo que comúnmente llamaría
“cambiar el chip”.
Uno de los aportes de Ann en el video fue una de las
conclusiones de la clase de Investigación Social: hay 3 claves en la
comunicación, las palabras que decimos, el tono en el que hablamos y los gestos
o expresiones que tenemos. Hablar no es solo decir, siempre hay que “pensar más
allá”.
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